El software de código abierto se ha convertido en uno de los favoritos entre los líderes empresariales y los desarrolladores por la rentabilidad y la flexibilidad que permite. Como desarrolladores, valoramos la capacidad de encontrar bibliotecas de código abierto por razones claras. La agilidad, la velocidad para lanzar un producto y la comunidad es un gran beneficio, sin mencionar que es gratis reutilizar el código en lugar de comenzar desde cero 🙂
Sin embargo, después de cambiar mi enfoque a la empresa de las aplicaciones de consumo, he visto la desorganización y el mantenimiento deficiente del software de código abierto. Los errores y vulnerabilidades introducidos a través de numerosos contribuyentes individuales se convierten en un gran factor de riesgo para cualquier empresa.
Muchas personas tienen acceso al código fuente, pero no todas tienen buenas intenciones. Mientras que muchos desarrolladores detectan defectos y realizan mejoras, otros usan este privilegio para explotar las vulnerabilidades del producto y crear errores que pueden infectar el hardware, robar identidades o algo peor.
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En Medigram, hemos decidido que, aunque el tiempo de desarrollo es precioso, preferimos depender de nuestros propios esfuerzos para evitar estas responsabilidades en lugar de enviar productos para descubrir problemas más adelante. Ahora tenemos una limitación en las bibliotecas utilizadas por nuestros desarrolladores y tenemos estrictos procesos de control de calidad para garantizar que cada versión no se rompa cuando se lance al mercado.
