Respuesta obvia y quizás decepcionante: depende.
Respuesta más completa: el desarrollo profesional de software es mucho más que simplemente “codificar”. Involucra requisitos cambiantes, decisiones de negocios que podrían cambiar la arquitectura de su código y una gran cantidad de “reuniones en el medio”.
Pasas 3 días desarrollando un sistema de correo electrónico, solo para saber después de esos tres días, que después de una demostración o prueba de concepto, los clientes ahora quieren algo gigantesco con los correos electrónicos que afectan la lógica de la aplicación, etc., etc., pasando de desarrollo a producción afectará las decisiones X, Y y Z y será necesario revisar el código, etc., etc.
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La codificación en sí misma no es súper compleja, especialmente si tienes algún tipo de título universitario para saber “cómo funcionan las cosas”. El mayor desafío del desarrollo profesional es poder aprender a programar cuando nada es constante. Los requisitos perfectos y las soluciones intemporales ya no existen como sucedía en las tareas universitarias y debes aprender y estar preparado para codificar el cambio. Y acepte que en la mayoría de los casos, el cambio es bueno. Si una aplicación es muy orgánica, probablemente significa que a los clientes les gusta y quieren mejorarla y verla crecer. Eso es algo muy diferente que he experimentado al profundizar en el mundo real versus el mundo del aprendizaje. Por eso también la respuesta es “depende”.